EL PROFESOR SILVIO
Me asomé por la ventana, en el salón habían más de 50 estudiantes y él estaba frente al tablero verde con una tiza blanca en la mano, los estudiantes giraban su cabeza para seguir sus movimientos. Yo tenía poco más o poco menos de 5 años, fue la primera vez que vi a mi papá como profesor.
Fui creciendo y comprendiendo porque siempre que se identificaba lo hacía como el profesor Silvio Guerra, para él era y sigue siendo muy importante que sus interlocutores (en cualquier escenario) sepan que están hablando con un profesor, es un tema de orgullo personal.
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento……jajaja mentiras.
Muchos años después de esa primera vez que lo vi en un salón de clases, exactamente 30, me ofrecieron dar clases de pregrado en una Universidad de la ciudad, lo primero que les dije fue: Yo no tengo formación docente.
Aun así me pidieron preparar y presentar una clase cualquiera y hacerlo delante del cuerpo directivo y docente, así fue, bueno, realmente así no fue, porque yo nunca preparo “estructuradamente” mis clases. En fin, el punto es que les gustó lo que hice y me contrataron. Asumo por lo segundo lo primero.
Luego me llamaron de otra universidad, luego de otra y de otra. Hoy muchas personas me dicen profesor Carlos. ¿Hay un mejor título que ese? ¿se puede contribuir de mejor forma a tener una mejor sociedad?
Nunca tendré una formación docente formal, recibí esa formación sin saberlo durante toda mi niñez, porque gran parte de ella la recuerdo en salones de clases cargando su maletín de cuero negro y cambiando las tizas en rectoría. No tendré nunca una formación docente, tengo algo mejor, la vocación que heredé de mi padre y hoy, en su día, se lo quiero agradecer.
Si le preguntan a mi madre, muy seguramente dirá que no es lo único por lo que debería agradecer, porque para ella hasta mis manías las heredé de mi papá.
Feliz día viejo.
Profesor Carlos Guerra
@impuestosconbotas